Magaly/Foto. J. Aragón. |
Y es que después de la experiencia como trabajadora doméstica en casa de su tía política, cuando tenía 14 años, dice que no volverá a trabajar como doméstica.
“Una de mis tías necesitaba que le cuidaran a su bebé y yo necesitaba dinero…era mi tía política y me dijo sólo vas a cuidar al bebé…me iba a pagar semanal 200 córdobas, que no es nada, pero lo acepté, me tocaba viajar desde mi casa…son como cinco barrios de distancia, no estaba acostumbrada a levantarme de mañana, pero lo hacía, a las 12 iba a clase y luego regresaba”.“Fue subiendo la tarea, limpiame aquí, lavame allá, lavame ropa, planchame, cociname… y me estaba pagando la misma cantidad…empecé a sentir como que perdía muchas energías, no me enfocaba en clase”.
“Tenía 14 años, no tenía experiencia, era un niño cuidando otro niño, se podía enfermar o enfermarme yo, tenía miedo que se metiera algún ladrón, que ocurriera otro problema y yo cómo iba a solucionar, era un riesgo y lo segundo era la ida, salía a las 6 de la mañana, sola, donde hay mucho peligro… también la venida, venía de noche, venir a pie por calles desoladas, barrios subordinados (marginados), era muy peligroso, corría riesgo mi vida”.
Quemadas y maltrato
“Tenía que cocinar…los niños no deberían de cocinar, es un riesgo, se nos enseña que para ser mujeres completas tenemos que cocinar…yo sufrí muchas quemadas, con agua caliente, con aceite, también me hacía lavar ropa, yo le lavaba su ropa, ropa de grande, mucha ropa, y planchaba, en una ocasión quemé la ropa, porque no sabía planchar”.“Porque me pagaba 200 míseros pesos, creía que podía tratarme como se le daba la gana…me decía vos chavala no has hecho aquí, mirá me dejaste sucio allá, quería que pasara trapeando todo el día…me hacía sentir mal, como vos estás comiendo en mi casa… tenés que sobre explotar (desquitar) tu pago…me estaba afectando sicológicamente”.
Dice que otro riesgo que enfrentan los niños trabajadores es que sus padres no asumen su responsabilidad. “Ya no podés contar con su apoyo, tenés que empezar a dar recursos en tu casa porque estás como de posada, aunque sea tu familia, ya te ven de otra manera, entonces como que aparte de que te esforzás trabajando…ese dinero pasa a ser automáticamente de tus padres”.
Yelis. Foto. J. Aragón. |
El caso de Yelis
Yelis tiene 15 años. Actualmente cuida dos niños, de cinco y 10 años, a cambio recibe 400 mensuales (17.16 dólar), la ventaja -nos dice- es que los cuida en su casa.
¿Por qué trabajás?
“A veces faltan cosas en el hogar…es el modo de ayudarme y ayudar a mi familia…a pesar que cuesta mucho porque son dos (niños) son seis horas cuidándolos, me toca alistarlos, bañarlos, muchas veces cuando estoy en exámenes…se me dificulta, es un riesgo que tengo sicológicamente…me siento muy hostigada por ellos, de repente estoy estudiando, ellos están peleándose, tengo que llamarles la atención, es parte de mi trabajo”.
Yelis cuida a los niños todas las mañanas de lunes a sábado, les cocina, plancha, les lava la ropa, les da de comer, debe cuidarlos para que no se golpeen, ayudarles en sus tareas y llevarlos a la escuela. No tiene comunicación con los papás de los niños, los mensajes se los transmiten a través de su mamá. “Conmigo casi no hablan, sólo con mi mamá, de esa manera estamos trabajando”.
Antes de ir a su colegio, debe pasar dejando a los niños al de ellos. “La escuela de ellos queda como un kilómetro, la mía como a un kilómetro y medio, se me dificulta porque tengo que salir a toda prisa…a veces tengo que pagar taxi para llegar temprano”.
Audios:
Magaly 16 añosYelis 15 años
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Este proyecto ha sido auspiciado por el Fondo de Apoyo al Periodismo del Programa Vida en Democracia
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