jueves, 24 de abril de 2014

Comunicación 2.0 en una cultura 1.0



El surgimiento y avance de las nuevas tecnologías han ocasionado importantes cambios sociales, culturales y económicos, de los cuales aún desconocemos su verdadera dimensión.

Actualmente es común escuchar gritos en el trabajo porque se cayó la conexión a Internet, pues ahora es prácticamente imposible trabajar si no estamos conectados con el ciberespacio. Sin duda las nuevas tecnologías ofrecen una cantidad de herramientas, que se han convertido indispensables para realizar hasta las actividades más elementales.

Pero más allá de esto, me gustaría invitarles a reflexionar sobre el título de este artículo. Gracias a Internet “conocí” a Alejandro Formanchuk, un experto en comunicación organizacional y presidente de la Asociación de Comunicación Interna de Argentina.


Como me cayó simpático, se lo “presente” a mis estudiantes de Comunicación Corporativa, a través de su libro Comunicación Interna 2.0: un desafío cultural (2010), el que escribe con un lenguaje sencillo, ameno, en realidad entabla una conversación con su lector.

Formanchuk comienza su libro destacando el uso que muchas empresas hacen de las herramientas 2.0 para gestionar sus comunicaciones internas y externas, para luego preguntarnos. ¿Sí esto es revolucionario?

Antes que le contestemos, nos recuerda que las monarquías, el Vaticano y muchos partidos ultraconservadores también utilizan todas las redes sociales habidas y por haber.

“Cualquier organización que sea un poco menos rígida que la Corona Británica debería animarse a estar en los medios sociales. Después de todo, si una Reina o un Papa no tienen miedo de sacar su cuenta en Twitter o presentar su blog, ¿Cómo se va a asustar de hacerlo el director de una empresa?” (Formanchuk, 2010, p.5).

Pero ahí está el quid del asunto, el hecho de que instituciones “tan tradicionales y cerradas” utilicen herramientas 2.0, de acuerdo a Formanchuk, no las convierte en organizaciones 2.0. , así usen Facebook, Twitter, Youtube, Flickr, Wordpress, Blogger…sí su cultura, su pensamiento sigue invariable. Es decir son instituciones con cultura 1.0 utilizando herramientas 2.0.

El autor considera que antes de utilizar los medios sociales, las empresas primero deberían “analizar e intervenir sobre su cultura organizacional y sus prácticas”, y luego planificar los medios y herramientas a utilizar en su comunicación interna y externa.

En realidad el planteamiento no es novedoso, lo nuevo son los medios, la esencia es la misma, y es que lo primordial para que una empresa u organización tenga una imagen positiva ante sus públicos internos y externos, es su forma de relacionarse con ellos, son sus acciones, es su comportamiento, eso es lo fundamental.

Así una empresa puede tener el mejor edificio, excelente diseño visual, incluso un buen discurso difundido por todos los medios, pero sí sus servicios o productos son deficientes, su comportamiento es inadecuado, sí tiene mala relación con sus públicos, esa será su imagen.

Formanchuk plantea que en una empresa con cultura 1.0 hay empleados, en una 2.0 colaboradores; en una 1.0 hay recursos humanos, en una 2.0 hay personas; en una 1.0 hay directivos, en una 2.0 facilitadores; una 1.0 transmite información, una 2.0 dialoga, en una 1.0 el líder es el que sabe más, en una 2.0 es el que se rodea de los que más saben. Pero ser una organización con cultura 2.0 no es un simple cambio de palabras, requiere de transformaciones más profundas.

¿De qué sirve sí una empresa cuenta blog, intranet, sí no se promueve una participación igualitaria de los colaboradores, sí no se discuten los contenidos, sí la gente tiene miedo a opinar, sí se mantiene el verticalismo, etc, etc?

¿De qué sirven las redes sociales sí cuándo aparece el primer comentario, que no es del agrado de la empresa, se borra en vez de investigar, escuchar y dialogar con sus públicos para mejorar sus servicios o productos?

Quizás es por esto que muchas empresas han fracasado en el uso de las redes sociales, incluso han enfrentado verdaderas crisis, pues aunque usen las mejores plataformas digitales, su forma de actuar y pensar no ha evolucionado, es decir su cultura sigue siendo 1.0.

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